Un biólogo analiza la bajante histórica del Paraná y cómo afecta a la pesca
Claudio Baigún, investigador de CONICET a cargo del proyecto de mejoramiento de las prácticas de manejo pesquero para el Delta Paraná, analiza el ciclo hídrico que atraviesa la región y su impacto en los medios de vida.
Miércoles 01 de febrero 2023 | 20:00 Hs.
El Día del Pescador se celebra todos los 26 de enero, en todo el mundo. En Argentina, sin embargo, es el 3 de agosto, en conmemoración a la fundación en 1903 del Club de Pescadores de Buenos Aires, la fecha seleccionada para agasajar a estos trabajadores. Las fechas no dejan de ser, simplemente, una excusa para indagar sobre un sector que en las últimas décadas creció exponencialmente.
¿A qué se debe este crecimiento? ¿Cómo afecta la actual sequía y bajante del Paraná? ¿Cómo pensar esta actividad en relación a la conservación de los humedales? Esas son algunas de las preguntas que Rosarioplus.com abordó en diálogo con Claudio Baigún, investigador principal de Conicet, abocado al estudio de la ecología pesquera y a cargo del proyecto "Mejores prácticas de manejo pesquero para el Delta Paraná”.
El investigador reflexionó sobre la importante bajante, que no se veía desde 1945, pero en un contexto de exportación sin precedente del recurso ictícola. En este sentido, afirmó que “se debe avanzar mucho, incluyendo importantes modificaciones en los campos legales para acomodar la pesquería al siglo XXI, porque tenemos un Río del Paraná que no es el desbordado del siglo XX. Se está cambiando la visión del territorio fluvial, y cuando se cambia esta visión pero no se incorpora al sector pesquero, empiezan los problemas”.
- ¿De qué se trata el proyecto "Mejores prácticas de manejo pesquero para el Delta Paraná”?
- Claudio Baigún: El proyecto abarca los ríos Paraná y Paraguay, y estudia distintos aspectos que tienen que ver con la conservación de los humedales, la integridad ecológica del río, de esta cuenca, y la evaluación de los distintos medios de vida que hay en la región: pesca, ecoturismo, ganadería, etcétera. Particularmente, el aspecto pesca tiene como objetivo trabajar con las pesquerías artesanales. Es un proyecto que contempla un período de siete años. A dos años de su inicio, en 2023 vamos a estar cerrando la primera etapa.
- Si hablamos de mejoras quiere decir que hay cosas que no se están haciendo tan bien. ¿Cuáles son a tu entender?
- Claudio Baigún: Ocurrió un fenómeno extraordinario que todo el mundo conoce y del que todo el mundo habla, que es la bajante que se inició en el 2019 y que ahora, entre comillas, amenaza con irse, pero no se quiere ir. Esa bajante profundizó y visibilizó mucho más los problemas del sector pesquero artesanal, que son problemas que se vienen arrastrando hace décadas y tienen que ver con cómo las provincias y el Estado nacional manejan el recurso ictícola. La clave me parece que está en adaptar ese manejo a los ciclos hídricos, y quiénes van a ser los beneficiarios de esta extracción.
- ¿Y en dónde, en qué fecha, sitúas vos el inicio de estos problemas?
- Claudio Baigún: Entre el año ‘72 y ’99 se dio un ciclo muy húmedo: llovía mucho, el caudal del río crecía cada vez más, había muchos peces en el río y había pequeñas cadenas informales de comercialización del pescado. Las provincias no tenían que hacerse problemas porque la pesca era una actividad menor, muy menor. Esto cambia en 2001 cuando se abre la exportación intensiva, al principio totalmente descontrolada, luego con algunas normativas a partir de 2006, pero esto en un contexto muy seco que provocó bajantes históricas. Entonces, de repente, se empiezan a exportar toneladas de pescado al mismo tiempo que ingresamos a uno de los períodos más secos de la historia. Las provincias no estaban preparadas, ni en lo normativo ni en lo social, para empezar a gestionar la actividad pesquera; actividad que venía funcionando de manera automática. Y empezaron manifestarse los problemas que hoy vemos.
- ¿Qué diferencias presenta en términos de conservación e impacto del humedal la pesca artesanal con respecto a la industrial?
- Claudio Baigún: En primer lugar la cantidad de extracción claramente. Pero la discusión es si los recursos ictícolas del Delta tienen que ir a exportación o tienen que orientarse a la pesca artesanal, a proveer de pescado a la población, a mejorar las cadenas de comercialización interna, y todo eso en qué porcentaje. La discusión en el fondo está en si meter el pescado de río como un producto más dentro de la economía cotidiana, o si tiene sentido insistir con las políticas exportadores, que no benefician más que las exportadoras, porque cuando se habla de pesca industrial, hay que decir que es una industria meramente de exportación que no aporta ningún valor agregado. El pescado que se exporta es un pescado eviscerado que se pone con hielo en una caja, y se va en avión. Chau. Esa pesca mira el recurso ictícola con fines meramente económicos, sin pensar en el ecosistema, como sí lo tiene el pescador. El pescador no tiene mucha más alternativa que pescar, entonces conoce del valor del recurso y de la importancia de sus cuidados para la conservación.
- Se han visto imágenes de miles de peces muerto en el norte santafesino (Laguna del Plata, en la localidad de Vera y Pintado) producto de las bajantes históricas. ¿Cuál es tu diagnóstico de acuerdo a tus investigaciones?
- Claudio Baigún: Hay que diferenciar la mortalidad de las lagunas de lo que puede ser la mortalidad en el río. Primero que son someras, tienen conexiones muy limitadas, entonces cuando el agua no está, los peces, por falta de oxígeno, mueren. Sin embargo, se trata de una fauna resistente y adaptada a las bajantes y sequías, con límites a la tolerancia amplios a estos ciclos, a los cuales los peces están bien adaptados. Si la mortandad se debe a la falta de oxígeno en la escaza agua, los peces van a volver cuando las condiciones mejoren. Ahora bien, no habría que descartar que en estas masivas mortandades no esté implicado el uso indebido del glifosato.
- Mencionas la mortandad en el Paraná, ¿a qué te referís específicamente con esto?
- Claudio Baigún: Bueno, ahí la cosa es más grave, porque lo que estamos viendo es que el río no puede desbordar, y esas planicies de inundación son la base de toda la producción biológica, entre las cuales está la pesquera. Siempre ha habido uso de estas llanuras, porque como el río es pulsátil, hay momentos en que el río baja y en la planicie podés poner vacas. Pero hasta cierta cantidad, y siempre teniendo en cuenta que el río vuelve a subir. Con los años secos mucha gente se acostumbró a que el río no vuelva más, y por las dudas empiezan a terraplenar, porque si vuelve ya no tiene ganas de sacar ni las vacas ni la soja, ni nada. Se han hecho emprendimientos inmobiliarios, se ha avanzado sobre estas llanuras. En esas planicies es que los peces dejan sus larvas, son fuente de reproducción de la vida en el río. Si el río no tiene en donde desbordar, entonces también eso genera mortandad, una más silenciosa, porque no se ve, pero está afectando a la reproducción de la vida.
fuente: rosarioplus.com
¿A qué se debe este crecimiento? ¿Cómo afecta la actual sequía y bajante del Paraná? ¿Cómo pensar esta actividad en relación a la conservación de los humedales? Esas son algunas de las preguntas que Rosarioplus.com abordó en diálogo con Claudio Baigún, investigador principal de Conicet, abocado al estudio de la ecología pesquera y a cargo del proyecto "Mejores prácticas de manejo pesquero para el Delta Paraná”.
El investigador reflexionó sobre la importante bajante, que no se veía desde 1945, pero en un contexto de exportación sin precedente del recurso ictícola. En este sentido, afirmó que “se debe avanzar mucho, incluyendo importantes modificaciones en los campos legales para acomodar la pesquería al siglo XXI, porque tenemos un Río del Paraná que no es el desbordado del siglo XX. Se está cambiando la visión del territorio fluvial, y cuando se cambia esta visión pero no se incorpora al sector pesquero, empiezan los problemas”.
- ¿De qué se trata el proyecto "Mejores prácticas de manejo pesquero para el Delta Paraná”?
- Claudio Baigún: El proyecto abarca los ríos Paraná y Paraguay, y estudia distintos aspectos que tienen que ver con la conservación de los humedales, la integridad ecológica del río, de esta cuenca, y la evaluación de los distintos medios de vida que hay en la región: pesca, ecoturismo, ganadería, etcétera. Particularmente, el aspecto pesca tiene como objetivo trabajar con las pesquerías artesanales. Es un proyecto que contempla un período de siete años. A dos años de su inicio, en 2023 vamos a estar cerrando la primera etapa.
- Si hablamos de mejoras quiere decir que hay cosas que no se están haciendo tan bien. ¿Cuáles son a tu entender?
- Claudio Baigún: Ocurrió un fenómeno extraordinario que todo el mundo conoce y del que todo el mundo habla, que es la bajante que se inició en el 2019 y que ahora, entre comillas, amenaza con irse, pero no se quiere ir. Esa bajante profundizó y visibilizó mucho más los problemas del sector pesquero artesanal, que son problemas que se vienen arrastrando hace décadas y tienen que ver con cómo las provincias y el Estado nacional manejan el recurso ictícola. La clave me parece que está en adaptar ese manejo a los ciclos hídricos, y quiénes van a ser los beneficiarios de esta extracción.
- ¿Y en dónde, en qué fecha, sitúas vos el inicio de estos problemas?
- Claudio Baigún: Entre el año ‘72 y ’99 se dio un ciclo muy húmedo: llovía mucho, el caudal del río crecía cada vez más, había muchos peces en el río y había pequeñas cadenas informales de comercialización del pescado. Las provincias no tenían que hacerse problemas porque la pesca era una actividad menor, muy menor. Esto cambia en 2001 cuando se abre la exportación intensiva, al principio totalmente descontrolada, luego con algunas normativas a partir de 2006, pero esto en un contexto muy seco que provocó bajantes históricas. Entonces, de repente, se empiezan a exportar toneladas de pescado al mismo tiempo que ingresamos a uno de los períodos más secos de la historia. Las provincias no estaban preparadas, ni en lo normativo ni en lo social, para empezar a gestionar la actividad pesquera; actividad que venía funcionando de manera automática. Y empezaron manifestarse los problemas que hoy vemos.
- ¿Qué diferencias presenta en términos de conservación e impacto del humedal la pesca artesanal con respecto a la industrial?
- Claudio Baigún: En primer lugar la cantidad de extracción claramente. Pero la discusión es si los recursos ictícolas del Delta tienen que ir a exportación o tienen que orientarse a la pesca artesanal, a proveer de pescado a la población, a mejorar las cadenas de comercialización interna, y todo eso en qué porcentaje. La discusión en el fondo está en si meter el pescado de río como un producto más dentro de la economía cotidiana, o si tiene sentido insistir con las políticas exportadores, que no benefician más que las exportadoras, porque cuando se habla de pesca industrial, hay que decir que es una industria meramente de exportación que no aporta ningún valor agregado. El pescado que se exporta es un pescado eviscerado que se pone con hielo en una caja, y se va en avión. Chau. Esa pesca mira el recurso ictícola con fines meramente económicos, sin pensar en el ecosistema, como sí lo tiene el pescador. El pescador no tiene mucha más alternativa que pescar, entonces conoce del valor del recurso y de la importancia de sus cuidados para la conservación.
- Se han visto imágenes de miles de peces muerto en el norte santafesino (Laguna del Plata, en la localidad de Vera y Pintado) producto de las bajantes históricas. ¿Cuál es tu diagnóstico de acuerdo a tus investigaciones?
- Claudio Baigún: Hay que diferenciar la mortalidad de las lagunas de lo que puede ser la mortalidad en el río. Primero que son someras, tienen conexiones muy limitadas, entonces cuando el agua no está, los peces, por falta de oxígeno, mueren. Sin embargo, se trata de una fauna resistente y adaptada a las bajantes y sequías, con límites a la tolerancia amplios a estos ciclos, a los cuales los peces están bien adaptados. Si la mortandad se debe a la falta de oxígeno en la escaza agua, los peces van a volver cuando las condiciones mejoren. Ahora bien, no habría que descartar que en estas masivas mortandades no esté implicado el uso indebido del glifosato.
- Mencionas la mortandad en el Paraná, ¿a qué te referís específicamente con esto?
- Claudio Baigún: Bueno, ahí la cosa es más grave, porque lo que estamos viendo es que el río no puede desbordar, y esas planicies de inundación son la base de toda la producción biológica, entre las cuales está la pesquera. Siempre ha habido uso de estas llanuras, porque como el río es pulsátil, hay momentos en que el río baja y en la planicie podés poner vacas. Pero hasta cierta cantidad, y siempre teniendo en cuenta que el río vuelve a subir. Con los años secos mucha gente se acostumbró a que el río no vuelva más, y por las dudas empiezan a terraplenar, porque si vuelve ya no tiene ganas de sacar ni las vacas ni la soja, ni nada. Se han hecho emprendimientos inmobiliarios, se ha avanzado sobre estas llanuras. En esas planicies es que los peces dejan sus larvas, son fuente de reproducción de la vida en el río. Si el río no tiene en donde desbordar, entonces también eso genera mortandad, una más silenciosa, porque no se ve, pero está afectando a la reproducción de la vida.
fuente: rosarioplus.com
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