El subsecretario de Recursos Naturales del Ministerio de Medio Ambiente de la Provincia de Santa Fe, Gaspar Borra, salió al cruce del reclamo de legisladores provinciales y de ecologistas, exigiendo que el gobierno de Omar Perotti declare la veda de la pesca en el Paraná a causa de una depredación de la fauna ictícola. “El debate sobre veda sí o veda no es una simplificación. La veda no es necesaria, porque no hay números objetivos que nos hablen de una depredación del recurso”, subrayó el funcionario.
Un pedido de la Cámara de Diputados requería que el Poder Ejecutivo provincial disponga la veda para la pesca, sea comercial o deportiva. El pedido se basaba en que la bajante del Paraná y la “pesca indiscriminada” ponen en peligro la fauna ictícola. Misiones, Chaco y Corrientes, ya declararon la veda y reclaman que Santa Fe y Entre Ríos hagan lo mismo.
Para Borra, el debate sobre “veda sí o veda no” es “una simplificación”, al no tenerse en cuenta los efectos de la pandemia sobre la actividad. “En este marco, la veda no es necesaria, porque no hay números objetivos que nos hablen de una depredación del recurso”, consideró.
Borra explicó que “cualquier análisis tiene que partir de que tanto la bajante como las crecientes son fenómenos naturales a los que los peces se han adaptado desde hace miles de años. La foto de una laguna seca con peces muertos no es nueva. Y la foto de los ejemplares encerrados literalmente en una pecera donde los pescadores se los llevan a mansalva es errónea, porque las especies migran”.
A su juicio, lo que hay que analizar es cómo el hombre afecta o no el recurso, “y esto no se tiene en cuenta. Hoy estamos en el marco de una pandemia que tiene efectos directos en el río. Las exportaciones de pescados del primer trimestre de este año bajaron un 50 por ciento respecto del año pasado, porque el mercado externo está cerrado. Eso quita presión de pesca porque no se exporta. Por otro lado, el mercado interno del pescado está quieto, porque los lugares de expendio y consumo tampoco tienen ventas”, argumentó.
Por otro lado, el confinamiento obligatorio hace que “los 50 mil pescadores deportivos de la provincia no puedan desarrollar la actividad. Y además, la bajante tiene un doble efecto: por un lado genera concentración de peces en lugares con agua, pero también restringe la accesibilidad a los lugares donde están los ejemplares. Los pescadores piden veda porque no pueden acceder a esos sectores para abastecerse”, reveló.
Para el funcionario, la discusión debe ser analizada en el marco de la pandemia, que “le ha quitado presión al río. Por eso, desde la provincia con nuestros técnicos venimos evaluando esa situación, porque cuando uno analiza el manejo de las pesquerías hay algo que no se puede dejar de lado. Eso es muy importante porque cuando se hace un análisis sesgado, se llega a un debate erróneo”, publica el diario La Capital.
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