Juguemos en el río mientras el lobo no está
El lobo no está. Gracias a la cuarentena, la naturaleza tiene un respiro. En Corrientes, los peces del río Paraná se amontonan en las costas.
Jueves 16 de abril 2020 | 21:00 Hs.
La postal de la costa del río Paraná es única. Una costanera desierta y aguas tranquilas ante la ausencia de embarcaciones. El lobo no está y, como nunca antes, cientos de cardúmenes de sábalos y dorados nadan sin preocupaciones.
La costa de la Capital correntina, zona habitual de pescadores, anzuelos, basura y bullicio, hoy no existe más. Son tiempos de calma para los peces, quienes por un instante vuelven a ser los dueños de su hábitat natural. Decenas de videos y fotos muestran los beneficios de dejar descansar a la naturaleza al menos un rato. Sus habitantes originarios parecen estar jugando. Yendo y viniendo por el agua con total libertad, chapoteando, sumergiéndose y volviendo a salir a la superficie. ¿Lobo está? No, estamos haciendo cuarentena.
Peligro: hombres sueltos
El lobo no está, y empezamos a darnos cuenta de que hay muchas cosas que tenemos que cambiar. Una de ellas es nuestra relación con la naturaleza. Ser menos lobo y un poco más pastor. Las virtudes de la cuarentena están a la vista. En Paso de la Patria, por ejemplo, inmensos cardúmenes de surubíes se exhiben en todo su esplendor. Sin temor a los habituales pescadores deportivos y comerciales que los acechan con sus anzuelos, redes y motores.
En la punta San Sebastián, lugar por excelencia para la pesca de costa, se pueden ver decenas de aletas en la superficie del agua. Estos peces no surgieron con la cuarentena, pero ahora pueden acercarse a lugares donde habitualmente no podían.
La cuarentena obligatoria alcanza también a la pesca y, al disminuir la presión, las especies vuelven a emerger de las aguas. Si esta pandemia es una respuesta de la naturaleza frente a nuestros abusos, es nuestra tarea escucharla. Todavía tenemos considerables chances de remediar el daño ocasionado y establecer un mejor vínculo con nuestro planeta. El lobo si quiere puede salir a jugar.
Fuente: https://www.serargentino.com/
La costa de la Capital correntina, zona habitual de pescadores, anzuelos, basura y bullicio, hoy no existe más. Son tiempos de calma para los peces, quienes por un instante vuelven a ser los dueños de su hábitat natural. Decenas de videos y fotos muestran los beneficios de dejar descansar a la naturaleza al menos un rato. Sus habitantes originarios parecen estar jugando. Yendo y viniendo por el agua con total libertad, chapoteando, sumergiéndose y volviendo a salir a la superficie. ¿Lobo está? No, estamos haciendo cuarentena.
Peligro: hombres sueltos
El lobo no está, y empezamos a darnos cuenta de que hay muchas cosas que tenemos que cambiar. Una de ellas es nuestra relación con la naturaleza. Ser menos lobo y un poco más pastor. Las virtudes de la cuarentena están a la vista. En Paso de la Patria, por ejemplo, inmensos cardúmenes de surubíes se exhiben en todo su esplendor. Sin temor a los habituales pescadores deportivos y comerciales que los acechan con sus anzuelos, redes y motores.
En la punta San Sebastián, lugar por excelencia para la pesca de costa, se pueden ver decenas de aletas en la superficie del agua. Estos peces no surgieron con la cuarentena, pero ahora pueden acercarse a lugares donde habitualmente no podían.
La cuarentena obligatoria alcanza también a la pesca y, al disminuir la presión, las especies vuelven a emerger de las aguas. Si esta pandemia es una respuesta de la naturaleza frente a nuestros abusos, es nuestra tarea escucharla. Todavía tenemos considerables chances de remediar el daño ocasionado y establecer un mejor vínculo con nuestro planeta. El lobo si quiere puede salir a jugar.
Fuente: https://www.serargentino.com/
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