A río seco, ganancia de depredadores: ambientalistas de Rosario denuncian estragos en la bajante
El colectivo El Paraná no se Toca alertó sobre la pesca y caza indiscriminada en las islas frente a Rosario y el cordón industrial. Matanza de carpinchos y captura indiscriminada de peces facilitada por el escaso nivel del agua que pone a la fauna del humedal en vulnerabilidad extrema. Más denuncias.
Sábado 11 de abril 2020 | 21:00 Hs.
Organizaciones y colectivos ambientalistas de Rosario reclamaron un mayor control del Estado ante la bajante extrema del río Paraná, y advirtieron que, pese a esa situación y a la vigencia de la cuarentena por el coronavirus, “continúa la presión de la pesca y depredaciones”. Los peces, atrapados por el bajo nivel del agua, son extraídos con suma facilidad y en gran número, justo en momentos en que la reproducción se ve comprometida por el reducido caudal.
“En estas situaciones de bajantes extremas es cuando más necesitamos del control del Estado, porque la fauna nativa e ictícola no se reproduce como cuando tenemos niveles normales. Si le sumamos la depredación, es un cóctel mortal”, afirmó Pablo Cantador, referente del colectivo El Paraná No Se Toca.
A través de las redes sociales, este grupo de “autoconvocados por amor al río”, como se definen, reclamó “controles efectivos, no para quienes pescan para alimentarse, sino para evitar la depredación en la actual frágil condición” y garantizar también que “la cuarentena sea para todos y no excepcionen a quienes depredan los humedales”.
Desde el 10 de agosto del 2019, “el río Paraná está por debajo de su altura promedio de 2, 8 metros, y hoy se encuentra con tendencia a la baja, igual que en toda la cuenca”, precisó Cantador.
El referente indicó que “la bajante también tiene un alto impacto en la fauna del humedal, que está perfectamente adaptada a los ambientes acuáticos”.
“En estos momentos, la mayoría de las pequeñas lagunas de las islas se secaron y sólo quedan con muy poco agua las más grandes”, explicó. “Esto hace que la fauna silvestre se traslade a los cursos principales, quedando expuesta a la caza furtiva que no para ni en cuarentena, especialmente de carpinchos, cuya caza está prohibida en las islas de Victoria (Entre Ríos)”.
“Los coipos, nutrias y tortugas entre otros, están en los pocos espacios donde encuentran agua islas adentro”, sostuvo Cantador, quien dio cuenta de que, en esta situación, también se observa la presencia de “más yacarés” que, “en la mayoría de los reportes recibidos, terminaron muertos”.
Además, enumeró una serie de datos preocupantes para el medio ambiente en toda la región: “Pasamos el marzo más cálido de los últimos 60 años, y las Cataratas (del Iguazú) tiene el caudal más bajo de los últimos 15 años”, precisó.
“Hace unos meses el Amazonas sufrió un récord de hectáreas arrasadas por incendios; el sur de Brasil está sufriendo una gran sequía; Chile sufre grandes incendios, y en nuestra zona el Paraná registra una extrema bajante”, indicó.
En tanto, en su página en Facebook, la organización El Paraná No Se Toca sostuvo que “la cuarentena debería colaborar con esta situación pero lejos de ello, vemos cazadores furtivos, pesca descontrolada, columnas de humo en el horizonte, y máquinas terraplenando el humedal”.
Matanza de carpinchos frente a Granadero Baigorria
“En las costas santafesinas cercanas a Rosario se está produciendo una matanza de carpinchos con pocos precedentes conocidos. Confiados por la falta de movimiento en el río (zona Paso destilería por ejemplo) en lugares habitualmente concurridos todo el año, con las lagunas interiores casi secas, se asoman a la costa donde son presa fácil de cazadores furtivos. La faena y el comercio de la carne de estos animales se realiza en un mercado absolutamente marginal donde no hay control bromatológico ni sanitario alguno”, denuncian desde el grupo en su página de Facebook.
En todo el curso: surubíes en peligro
En todo el curso del Paraná se da lo que denuncia el colectivo ambientalista rosarino. Hasta los grupos de pescadores deportivos lanzan el alerta por la captura indiscriminada. Por ejemplo, Puerto Yerua Pesca enfoca en la pesca masiva de surubíes, facilitada por el bajo nivel del agua.
Fuente: https://www.elciudadanoweb.com/
“En estas situaciones de bajantes extremas es cuando más necesitamos del control del Estado, porque la fauna nativa e ictícola no se reproduce como cuando tenemos niveles normales. Si le sumamos la depredación, es un cóctel mortal”, afirmó Pablo Cantador, referente del colectivo El Paraná No Se Toca.
A través de las redes sociales, este grupo de “autoconvocados por amor al río”, como se definen, reclamó “controles efectivos, no para quienes pescan para alimentarse, sino para evitar la depredación en la actual frágil condición” y garantizar también que “la cuarentena sea para todos y no excepcionen a quienes depredan los humedales”.
Desde el 10 de agosto del 2019, “el río Paraná está por debajo de su altura promedio de 2, 8 metros, y hoy se encuentra con tendencia a la baja, igual que en toda la cuenca”, precisó Cantador.
El referente indicó que “la bajante también tiene un alto impacto en la fauna del humedal, que está perfectamente adaptada a los ambientes acuáticos”.
“En estos momentos, la mayoría de las pequeñas lagunas de las islas se secaron y sólo quedan con muy poco agua las más grandes”, explicó. “Esto hace que la fauna silvestre se traslade a los cursos principales, quedando expuesta a la caza furtiva que no para ni en cuarentena, especialmente de carpinchos, cuya caza está prohibida en las islas de Victoria (Entre Ríos)”.
“Los coipos, nutrias y tortugas entre otros, están en los pocos espacios donde encuentran agua islas adentro”, sostuvo Cantador, quien dio cuenta de que, en esta situación, también se observa la presencia de “más yacarés” que, “en la mayoría de los reportes recibidos, terminaron muertos”.
Además, enumeró una serie de datos preocupantes para el medio ambiente en toda la región: “Pasamos el marzo más cálido de los últimos 60 años, y las Cataratas (del Iguazú) tiene el caudal más bajo de los últimos 15 años”, precisó.
“Hace unos meses el Amazonas sufrió un récord de hectáreas arrasadas por incendios; el sur de Brasil está sufriendo una gran sequía; Chile sufre grandes incendios, y en nuestra zona el Paraná registra una extrema bajante”, indicó.
En tanto, en su página en Facebook, la organización El Paraná No Se Toca sostuvo que “la cuarentena debería colaborar con esta situación pero lejos de ello, vemos cazadores furtivos, pesca descontrolada, columnas de humo en el horizonte, y máquinas terraplenando el humedal”.
Matanza de carpinchos frente a Granadero Baigorria
“En las costas santafesinas cercanas a Rosario se está produciendo una matanza de carpinchos con pocos precedentes conocidos. Confiados por la falta de movimiento en el río (zona Paso destilería por ejemplo) en lugares habitualmente concurridos todo el año, con las lagunas interiores casi secas, se asoman a la costa donde son presa fácil de cazadores furtivos. La faena y el comercio de la carne de estos animales se realiza en un mercado absolutamente marginal donde no hay control bromatológico ni sanitario alguno”, denuncian desde el grupo en su página de Facebook.
En todo el curso: surubíes en peligro
En todo el curso del Paraná se da lo que denuncia el colectivo ambientalista rosarino. Hasta los grupos de pescadores deportivos lanzan el alerta por la captura indiscriminada. Por ejemplo, Puerto Yerua Pesca enfoca en la pesca masiva de surubíes, facilitada por el bajo nivel del agua.
Fuente: https://www.elciudadanoweb.com/
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