En el litoral argentino y en el Paraná medio en particular, la pesca a la espera es la modalidad más difundida, no requiere equipamiento caro y sofisticado y es muy efectiva para las especies y características de los cursos de agua de la zona. En ésta modalidad se usan aparejos de fondo con carnada natural en diferentes configuraciones según la especie buscada y condiciones del entorno.
Esta configuración de fondo se usa normalmente para la pesca costera, transversalmente a la corriente. El aparejo se lanza aguas arriba respecto del pescador y se ancla al fondo con plomada fija pirámide, pirámide hueca o trompo, sin ceñir la tanza para que ésta tensione la plomada en dirección de la corriente y se clave al fondo. Funciona si usamos el peso correcto de la plomada para la correntada en cuestión y el tipo de fondo, también ayuda una tanza fina que ejerza menos fuerza de arrastre sobre la plomada. La plomada trompo tiene la particularidad de rodar lateralmente hasta llegar al fondo del veril.
(*) El veril de un curso de agua es el límite entre una zona playa y una profunda paralela a la costa. Es común encontrar especies mayores al acecho de más pequeñas en ésta zona.
Es el preferido para pescar desde una embarcación anclada, lanzando en dirección de la corriente con una plomada corrediza antes de la brazolada. El peso de la plomada tiene que ser suficiente para mantener el aparejo en el fondo o en sus proximidades. Cigarro y esférica son las formas mas usadas de plomadas y por regla general lances cortos en aguas profundas requieren más peso, un truco es dejar derivar un poco el aparejo para alejarlo y que pueda alcanzar el fondo. La plomada esférica tiene más movilidad y rodar lateralmente hacia zonas más profundas pero es más sensible al arrastre del agua.
Independiente del aparejo, la brazolada es una parte esencial respecto a la efectividad de la pesca.
El movimiento del anzuelo por la corriente, encarnado adecuadamente, incentiva el pique cuando los peces no se encuentran en un momento de máxima actividad.
Este movimiento depende de la correntada, del largo de la brazolada y del peso y volumen del anzuelo y la carnada. Por ejemplo un anzuelo 2/0 encarnado con lombrices no necesitará una brazolada tan larga como una con un anzuelo 10/0 encarnado con morena mamacha. En el primer caso estaremos buscando especies de menor porte como el amarillo y en el segundo surubi o dorado.
Con anzuelos chicos una brazolada de 50 cm es suficiente y con anzuelos grandes con carnada viva de gran tamaño ( morena mamacha, cascarudo grande) podemos extendernos hasta los 170 cm.
La brazolada larga dificulta el lanzamiento con cañas cortas como las usadas desde embarcaciones por lo que no debemos excedernos más de lo necesario con el largo en éstos casos.
Con peces en momentos de máxima actividad la ventaja de la brazolada larga disminuye.
En presencia de especies con dientes como palometa o dorado se debe combinar el monofilamento de la brazolada con un tramo de leader de acero. Recuerde que cuanto más liviana sea, mejor trabajará.
Para un rápido cambio de brazolada puede conectarse al resto de aparejo mediante una gaza. Si arma una brazolada en su casa, es conveniente hacerla larga y darle la medida justa en el momento de la pesca.
Alfredo H. Inouye
Salidas de pesca Santa Fe / Paraná
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