Investigan pesca ilegal en Esquel y zonas cercanas: apuntan al impacto ambiental

El impacto ambiental por actividades de pesca furtiva, es una materia que preocupa al equipo conformado en la Fiscalía Esquel para la investigación de delitos ambientales y maltrato animal. 
En ese marco, este jueves se llevó a cabo una reunión con referentes de la Dirección de Pesca Continental del Chubut y de la Asociación de Guías de Pesca, con el objetivo de coordinar acciones ante prácticas ilegales que afectan tanto al ambiente como a las especies protegidas.
El encuentro tuvo lugar en la sede fiscal y contó con la presencia del Director de Pesca Continental, Ing. Pablo M. Buono; el presidente de la Asociación de Guías de Pesca del Chubut, Gerónimo Cantón; y el asesor legal de la entidad, Agustín Hermosilla. Por parte del equipo de la Fiscalía participaron la procuradora Cecilia Bagnato y la Técnica en Protección Ambiental, María Inés Vassallo.
Durante la reunión, se abordaron las infracciones a la ley que vienen registrando estos organismos y que podrían constituir delitos de competencia penal. 
En particular, se hizo foco en las consecuencias que genera la pesca furtiva sobre los ecosistemas acuáticos y en la necesidad de actuar de manera articulada ante este tipo de situaciones.



Actividad ilegal y zonas críticas
Uno de los temas que generó mayor preocupación fue la extracción ilegal de trucha fontinalis, especialmente en zonas de desove y en momentos clave del ciclo reproductivo de la especie. 
Según lo expuesto por los referentes provinciales, esta práctica se estaría dando con fines de comercialización y en cantidades significativas, lo que impacta directamente en la población de esta especie.
Las áreas señaladas como más afectadas son cursos de agua en las localidades de Corcovado y Río Pico, donde se han detectado maniobras reiteradas. En caso de ingresar denuncias formales, el equipo de la Fiscalía confirmó que avanzará con la correspondiente investigación penal.
Una especie protegida en Chubut
La trucha fontinalis (Salvelinus fontinalis), también conocida como trucha de arroyo, es una especie protegida en la provincia del Chubut. 
Si bien no es nativa de Argentina, se adaptó con éxito a los ambientes fríos y oxigenados de la Patagonia, y se convirtió en un símbolo de la pesca deportiva en la región.
Por su valor ecológico y turístico, la regulación de su pesca es clave para asegurar poblaciones sostenibles y preservar el equilibrio del ecosistema acuático. En ese sentido, las autoridades provinciales realizan controles y monitoreos para evitar la sobrepesca y minimizar los impactos sobre las especies nativas.

Fuente: eqsnotas.com