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21 de noviembre de 2024
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Corrientes: Un destino rico en especies que siempre ofrece algo por descubrir

La localidad de ItáIbaté se encuentra a 160 km al norte de la ciudad de Corrientes Capital. Su significado, en legua guaraní, significa “Piedra Alta”; algo íntimamente relacionado a su geografía ribereña y que la ha convertido en una de las mecas de pesca deportiva, posicionándola dentro del ranking de lugares que sueña probar todo pescador.
Martes 28 de septiembre 2021 | 19:00 Hs.
La localidad de ItáIbaté se encuentra a 160 km al norte de la ciudad de Corrientes Capital. Su significado, en legua guaraní, significa “Piedra Alta”; algo íntimamente relacionado a su geografía ribereña y que la ha convertido en una de las mecas de pesca deportiva, posicionándola dentro del ranking de lugares que sueña probar todo pescador.

De ella vamos a hablar hoy, y de las excelentes condiciones que ofrece entre servicios y calidad de especies para practicar este deporte. Para esto contamos con el informe que nos hiciera llegar en exclusiva nuestro amigo y colega Adrian Ayala quien visitó la zona días pasados junto al Chamigo Team, y nos destacaba: “Sin temor a equivocarme puedo afirmar que es uno de los espacios más bellos de nuestro litoral para practicar la pesca, su geografía, paisajes y biodiversidad se disfrutan a cada instante mientras intentamos dar con el pez de nuestros sueños, y en este caso, con el mítico manguruyú”.

Al arribar a las tierras itaibateñas junto a Sergio Zapata, nos alojamos en las cómodas instalaciones de Posada Puerto Paraíso, y la sorpresa fue desde el comienzo debido a que nuestro plan de pesca se basaba en la modalidad trolling a la búsqueda de dorados, pero el primer encuentro con nuestro guía Daniel nos cambio el foco,

“Vamos a intentar pescar con carnada, más precisamente miñocas (una especie de gusano/lombriz) porque está activo el manguruyú. La expectativa era saber cómo íbamos a funcionar con una línea armada con nylon del 100, líder de acero de 80/100 lb, anzuelo #6 y plomos de entre 100 a 250 gramos. La clave, que la plomada se asiente en el fondo de piedras, golpee, camine y deje trabajar a la carnada.

El plan eran realizar dos días de pesca. En la previa, sabíamos que el río había repuntado unos 40 cm, pero el factor viento iba a jugar su papel. Así fue como durante toda la primera jornada, nuestra actividad se vio influenciada por ese factor tan temido en los pescadores. Sin embargo, con esfuerzo y sin descanso, y luego de perder algunos piques, antes del ocaso del día, la caña de Sergio sintió el tibio pique inicial, para luego de un sutil cañazo, pasar al momento glorioso: caña doblada al máximo y una lucha incesante, en las cuales la paciencia y el correcto trabajo de los equipos de pesca, resultan claves.

Resultado final: un manguruyú tamaño medio, que luego de unas fotos, fue devuelto de forma espectacular para la emoción de todos. Volvimos contentos, pero sabíamos que debíamos mejorar como pescadores, pero también necesitábamos que el factor viento desaparezca.

El día 2 comenzó de la mejor manera De entrada, la puntera de mi caña no me dio tregua, y ante el primer movimiento, recibí un ataque de esos que te despiertan. Pero la suerte adversa jugó en mi contra. Luego de 15 minutos de pelea acérrima, un corte en el multifilamento golpeó el ánimo del equipo. En las reflexiones de pescador, tratando de saber si fue un error propio, pensaba que quizás dejé llevar mucha línea y no dejé trabajar al freno del reel al límite. Solo pedía en tener revancha, algo tan difícil en la pesca. Pero, entre pedidos al cielo, y a personas que ya no están, la revancha llegó.



Movimiento extraño en la puntera de la caña, sensación que algo pasaba, paciencia para no cañar en falso, y en ese momento preciso. La bajada de caña hizo que comenzara una lucha codo a codo con el pez. Todo el equipo creía que teníamos un manguruyú, pero la sorpresa nuevamente nos hizo celebrar por partida doble. Un surubí pintado emergió de las profundidades y sumábamos una especia de esas que uno sueña encontrar y con el agregado de lograrlo con miñoca. Podemos afirmar que compartir la jornada en el río con pescadores del interior de Santa Fe, Córdoba, Salta y Buenos Aires fue algo muy lindo.

Y ese buen ánimo vino con tremendas luchas. Un total de 6 capturas más de manguruyú, entre ellos el más grande la jornada, fueron el broche de oro de un viaje que marcó el inicio de la Temporada 2021. Por servicios Posada Puerto Paraíso – IG @pousadaspuertoparaiso, Agradecemos a Adrián Ayala - IG @chamigop

Autor: Horacio Pascuariello
Funte: DEPO
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