La pesca de dorados en las proximidades de la capital santafesina se presenta como una experiencia excepcional en este comienzo de año. A tan solo
45 km al sur de Santa Fe, por la RN 11, nos encontramos con el Barrio Río Grande de la localidad de Desvío Arijón, donde nos esperaba nuestro amigo y guía de pesca, Emanuel Ibarra para compartir las que serían dos intensas jornadas de pesca.
Iniciamos nuestra travesía en la modalidad flycast. Acompañados por Marcelo Boschetto, titular de Alumine Outdoor, nos dirigimos a la zona del río Coronda mientras armábamos nuestras
cañas #6 y #8, equipadas con líneas tropicales de flote, leaders de 1.8 metros y cable 7x7 de 30 lb.
Las moscas de
tipo andino, color amarillos con lomos negros y también blancas con lomos grises, ojos de plomo y cabeza muddler en anzuelo 2/0 y 3/0, resultaron ser las más efectivas.
Las
barrancas y los palos fueron los puntos donde experimentamos la mayor actividad de piques sobre las márgenes del Colastién, siendo los doradillos los protagonistas indiscutibles.
A pesar de nuestra búsqueda de dorados de tamaño mediano, nos deleitamos con la captura de doradillos más pequeños, motivo por el cual optamos por nuestros equipos más livianos, para poder disfrutarlo al máximo.
En la siguiente jornada, renovamos nuestra compañía y cambiamos a la modalidad baitcast. Junto a Juan Pablo, armamos equipos con
cañas de 10-20 lb y reeles huevitos. Con la experiencia previa en flycast, sabíamos que la pesca estaba asegurada, y para el baitcast elegimos explorar diferentes morfologías en las márgenes de los arroyos.
Con el río a una altura de aproximadamente 4.80 metros y en descenso, nos dirigimos a las riberas inundadas con caídas de agua hacia las lagunas para realizar nuestros primeros lanzamientos.
Al pescar a poca profundidad y sobre riberas con vegetación,
los señuelos tipo gliding fueron los más efectivos, aprovechando los desbordes del río desde el cauce principal hacia las lagunas o los bañados sobre las islas.
La actividad de los dorados era más intensa sobre las islas, al otro lado del desborde o rompiente que generaba la corriente al superar las costas. Al lanzar los señuelos hacia el "agua muerta" y comenzar a recoger, conseguíamos ataques de los dorados casi de inmediato en cada una de estas estructuras.
La pesca de dorados vive un momento excepcional en el centro de la provincia santafecina, con el Paraná Medio, poblado por gran cantidad pequeños doradillos y por supuesto con un poco de suerte, la posibilidad de capturar ejemplares de buen tamaño.
Agradecemos a Emanuel Ibarra por proporcionarnos una gran experiencia. Ya que no solo disfrutamos de la pesca, sino que también vivimos buenos momentos durante el campamento en la isla. Las historias alrededor del fuego y los asados entre amigos hicieron de esta travesía una experiencia sumamente recomendable para todos los amantes de la pesca y de la vida en la naturaleza."
Por Ezequiel Fusero
Pescadores: Marcelo Boschetto, Juan P. Bono y Ezequiel Fusero
Producción general, fotografía y videos: Ezequiel Fusero
