Cada semana la escena se repite: un grupo de pescadores se junta en el Parque General San Martín, busca un espacio libre de crossfitters y demás gimnastas de aire libre y comienza a lanzar líneas sobre un río imaginario, trazado sobre el pasto. Así es como se entrena en la escuela de la Asociación Mendocina de Pesca con Mosca (AMPM), lejos del agua y al borde de la ciudad.
"Estamos practicando el lanzamiento para, en la temporada, ir a pescar", dice Pablo Rodrigo Pérez, instructor de la asociación y conductor de Aguas Arriba, el programa de ESPN dedicado a difundir la actividad. "Necesitamos comenzar con la pesca con mosca de alguna manera y el pasto es uno de los lugares donde podemos comenzar", explica.
El método en sí es habitual dentro de la comunidad de pescadores, pero para los no instruidos en la materia el hecho de pescar en el medio del pasto constituye una rareza. "La pregunta que nos hacen es reiterativa: '¿hay pique?'; siempre es la misma", comenta Pérez.
En la escuela están inscriptos cerca de 150 alumnos distribuidos en cuatro niveles: 1, 2, 3 y "Experto". Según detalla Pérez, lo que se hace durante los entrenamientos es practicar el lanzamiento propio de la pesca con mosca. "Básicamente arrojamos una línea donde en la punta no hay nada", comenta el instructor.
En efecto, durante las clases que la AMPM dicta en el Parque no solamente se prescinde de agua sino también de moscas. Las cañas que utilizan los aprendices portan líneas a cuyos extremos atan pequeños trozos de lana que les sirven para ver con facilidad el punto donde caen.
"Lo mas lindo de la pesca con mosca es que no tenés que venir con el gran equipo para pescar. Vos necesitás una caña, la línea, las moscas, licencia de pesca y te fuiste", concluye Pérez.
Fuente: https://www.mdzol.com