litoral 02/08/2021

Investigan la contaminación producida por los desechos plásticos en el río Paraná

 

Los estudios se realizan en ambientes fluviales del país, en donde analizan el impacto de los residuos plásticos en el ambiente y la biodiversidad.


En el marco de una campaña contra la utilización del plástico, expertos del Conicet informaron sobre su labor en el río Paraná y las consecuencias de la alta presencia de residuos plásticos en la fauna y el ambiente.

Entre las cifras más impactantes, aseguraron que actualmente se pueden registrar 220 envases como botellas o vasos, cada 100 metros cuadrados.

Martín Blettler, investigador adjunto del Conicet, explicó: “queríamos saber cuán problemática es la contaminación por plástico, hasta dónde se expande y cuáles son las consecuencias ambientales de su presencia. Una vez que empezamos a tener datos generales sobre cantidades de plásticos transportados por la corriente y depositadas sobre la margen del río Paraná, y a entender la dinámica, que es muy variada debido a que está sujeta a las condiciones ambientales naturales", aseguró en diálogo con la agencia CTyS-UNLaM.

En ese sentido, continuó: “En el año 2016, comenzamos abordando primero los lugares más cercanos y después empezamos a ampliarnos un poco más. Hoy, estamos centrados en lo que es el Paraná Medio, pero sobre todo lo que queríamos con el equipo era ponerle un número a la contaminación plástica y darle relevancia científica a un problema a un problema bien conocido por cualquier ciudadano o ciudadana. Cuantificar su presencia y dar a conocer los resultados mediante publicaciones científicas, es clave para comprender su significancia y planear apropiadas estrategias de mitigación y reducción de residuos plásticos”.

“Es por esto que decidimos no centrarnos en una especie o en un grupo faunístico determinado, sino por el contrario, la idea es tener una visión lo más general posible y ver hasta dónde se expandía. Lamentablemente, dimos con resultados no muy alentadores, ya que encontramos microplástico, es decir pequeñas partículas menores a 5 milímetros, en el tracto intestinal de aves y peces del Paraná y su planicie. Con estos resultados, lamentablemente, confirmamos que los microplásticos están siendo ingeridos por muchas especies, incluso de importancia comercial como el sábalo”, aportó Blettler.

“A su vez, estudiamos el comportamiento de algunas especies de aves que utilizan enormes cantidades de residuos plásticos como material de nidificación, trayendo aparejado graves problemas ecológicos -bruscos cambios de la temperatura y humedad interna del nido, enredos, ingesta por parte de los pichones, entre otros-”, dijo el director del proyecto.

Asimismo, Blettler aseguró que incluso hallaron restos de microplásticos en peces predadores, lo cual indica un estado de alerta: “Esto implica que se está dando el proceso de biomagnificación, que significa que el predador ingirió una presa que a su vez había ingerido microplástico. Así, los microplásticos se están pasando a diferentes niveles tróficos, lo cual genera que la situación esté fuera de control. Por supuesto, habrá algunas que estén exentas, pero, en las que hemos estudiado hasta el momento, en todas encontramos microplástico”, aseveró el biólogo.

Ciencia ciudadana: un trabajo en conjunto con la población

Desde el equipo de investigación afirman que otra de las problemáticas se debe a las interacciones que ocurren entre las especies de fauna que habita en la zona del Paraná con los plásticos externos: los llamados “enredos”, que se producen cuando un animal, como un ave, un pez o un mamífero, queda atrapado en un residuo plástico, como por ejemplo tanzas de pesca, un fragmento de red, una botella o una bolsa.

En este sentido, se registraron más de 45 especies (aves, peces, mamíferos e invertebrados) directamente afectadas por enredos y otras interacciones con macroplásticos, es decir plásticos mayores a 2,5 cm, trayendo aparejado una reducida movilidad y capacidad de alimentación hasta incluso la muerte en muchos casos.

Por su parte, la ingeniera Clara Mitchell, investigadora en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), indicó que, para poder realizar el trabajo científico de observación en esos casos, se abrió una convocatoria bajo el concepto de “Ciencia Ciudadana”, “para que ciclistas, caminantes, pescadores, y ciudadanía en general que vean este tipo de encuentros de una especie interactuando con un residuos plástico, lo registre con fotografías mediante una serie de pautas que les indicamos”.

En poco más de seis meses y gracias al aporte de la gente, se pudieron registrar aproximadamente 90 casos de especies interactuando con residuos plásticos de todo tipo, muchas de ellas con consecuencias letales, que no habían logrado evadir la trampa que les originó el fragmento plástico, en las cuales su mayoría se trataron de líneas de pesca y de redes rotas, así como de empaques de alimentos, como bolsas. En esta misma instancia, se cuantificaron también 30 especies de aves atrapadas por estos mismos mecanismos y cerca de diez especies de peces.

Fuente: El Litoral








Síguenos en Facebook
Síguenos en Instagram